Había recibido la fortuna de su dueña, una multimillonaria de Nueva York. El establecimiento que quedó a cargo de la tutela del animal gastaba US$ 100 mil al año en él...
Trouble, una maltesa blanca, se convirtió en una rica heredera cuando la magnate hotelera Leona Helmsley murió en 2007 a los 87 años. La noticia ocupó las portadas neoyorquinas durante días y motivó que el animal recibiera multitud de amenazas de muerte. Poco después, el canino fue llevado a Florida, donde residía en el hotel Helmsley Sandcastle bajo los cuidados del director del establecimiento, Carl Lekic.
Según detalla el diario neoyorquino Daily News, Lekic gastaba en ella 100 mil dólares al año: 8 mil en aseo y cuidados, 1.200 en comida y el resto en seguridad durante las 24 horas del día. Helmsley quería que su perrita fuera enterrada en el mausoleo familiar de Sleepy Hollow, en Nueva York, pero finalmente fue incinerada, ya que no se permiten mascotas en ese cementerio.
Al redactar el testamento, Helmsley ordenó que el grueso de su dinero se invirtiera en ayuda a indigentes y en el cuidado de perros, pero un año después se arrepintió. Poco después de su muerte, se supo que la multimillonaria había desheredado a dos de sus cuatro nietos para optar por Trouble como destinataria única de US$ 12 millones.
Sin embargo, un juez de Nueva York decidió retirar 10 de los 12 millones legados a la perra y repartirlos entre los dos nietos desheredados por la también conocida como "Cruela de Vil" de Nueva York, ya que se considera que la multimillonaria no estaba en plenas facultades cuando redactó sus últimas voluntades.
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