Lo descubrieron científicos de la NASA. Los primeros bloques de hielo se desprendieron unas 18 horas después del terremoto, cuando las olas llegaron a la Antártida. El artículo publicado en Journal of Glaciology es el primero que asocia el oleaje de un tsunami con la rotura de un iceberg. Los expertos en la materia siempre la habían vinculado a otros efectos naturales. Por eso, tras el terremoto de 8,8 grados de magnitud en la escala Richter y el posterior tsunami que azotó las costas de Japón, Brunt Kelly, especialista de la criosfera en el Goddard Space Flight Center en Greenbelt, Maryland, y sus colegas comenzaron sus observaciones mirando al sur...
A través de cientos de imágenes satelitales, los expertos se encontraron con que varios trozos de icebergs comenzaron a flotar en el mar luego que el oleaje del tsunami llegara a la Antártida. Así, unas 18 horas después del terremoto, a unos 13.600 kilómetros de distancia, pudieron ver casi en tiempo real cómo se desprendieron del glaciar Sulzberger, que según los registros históricos no había sufrido ninguna rotura en, al menos, 46 años. Se trata de la primera observación directa que demuestra una conexión entre los tsunamis y la rotura de icebergs a miles de kilómetros. "En el pasado hemos visto fragmentos de hielo y hemos buscado la fuente", señaló Brunt. Sin embargo, esta vez el escenario era inverso: "sabíamos de inmediato que (el tsunami) era uno de los fenómenos más importantes en la historia reciente y sabíamos que iba a provocar mucho oleaje, con lo que esta vez teníamos primero una fuente". Eso les permitió anticiparse. Luego, sólo fue cuestión de observar sus consecuencias.
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