Tazas de café, vasos, monedas, muñecos, imánes de nevera, banderas, sombreros, máscaras, camisetas, y hasta cervezas. Cualquier artículo imaginable puede convertirse en un recuerdo de la boda del año entre el príncipe Guillermo y Kate Middleton. Mientras las calles de Londres, engalanadas para la ocasión, aguardan la invasión de decenas de miles de curiosos para el enlace del viernes, los comercios hacen su agosto particular vendiendo souvenirs. Ni siquiera barrios como el mítico Camden Town, emblema de la contracultura británica, han podido escapar a la dinámica febril de consumo que está generando la boda. "Se están comprando muchas cosas, pero lo que más éxito tiene son los magnetos", dijo el miércoles Samir Osmanner, de 18 años, dependiente de una tienda de souvenirs en Camden. "Esperamos que de aquí al viernes, las ventas sigan en aumento". La mayoría de productos muestran los rostros de Guillermo y Middleton, con la enseña británica de fondo y la fecha del enlace: 29 de abril de 2011. Entre los artículos más curiosos, se encuentran un grupo de muñecos de trapo que representan a la familia real saludando desde el Palacio de Buckingham o una cerveza para la ocasión llamada "Kiss me Kate" (Bésame Kate), creada por un bar de la ciudad de Notthingham.
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