El negocio del transporte urbano en esta ciudad representa un valor bruto de mercado que alcanza a mil 980 millones 174 mil 327 pesos.
Este negocio, que se maneja entre la formalidad de obtener los permisos legales con las autoridades de la alcaldía, el pago de placas y otros impuestos al Estado dominicano, y la informalidad de las relaciones entre el chofer del carro y los poderosos sindicatos que deciden quién, dónde y por cuánto puede usufructuar una de las rutas.
Cada año, alrededor de las compras, ventas y alquiler de los permisos otorgados por la Alcaldía y pagos a los sindicatos por el derecho a los corredores establecidos, el transporte del denominado concho en Santiago moviliza millones de pesos. Sin embargo, los choferes que sólo poseen un carro o un minibús, o que trabajan para el propietario de estos vehículos, se quedan con muy poco de todo el dinero que mueve el servicio del transporte. Este lucrativo negocio históricamente ha generado violentos enfrentamientos entre empresarios del transporte y manejadores de las 29 rutas urbanas.
La Alcaldía obtiene cada año alrededor de RD$ 50 millones 96, 000.00, por concepto de renovación de los permisos para operar las rutas, pero no controla la oferta y demanda que se operan de manera privada entre los 6, 370 carros registrados, sus propietarios, los choferes no propietarios y los sindicatos y federaciones del transporte urbano.
El costo individual de una asignación nueva es de RD$ 8, 000.00. En lo que va de la gestión del alcalde Gilberto Serulle se han aprobado 600 permisos nuevos, según confirmó el director de Tránsito, Rafael Vargas. Esto representa una entrada de RD$ 4 millones 800, 000.00 para la Alcaldía. Pero el gran negocio es el que se registra entre los manejadores de las rutas, sin más reglas que la necesidad del que quiere “comprar la ruta”, pues la autorización legal de la Alcaldía no basta, y el precio de “mercado” que impone el sindicato que controla una determinada zona. Si el interesado en operar una ruta ya pagó sus arbitrios y obtuvo la autorización del Departamento de Transporte de la Alcaldía, entonces tendrá que pagar a quien tenga la autorización o permiso desde RD$50 mil, que es el precio de las más baratas (Ruta PC: Santiago-Colorado, por ejemplo), hasta RD$400 mil, si se trata de rutas con mucho flujo y una distancia más extensa de lo habitual, como la que moviliza pasajeros entre el centro urbano de Santiago y la comunidad de Gurabo (Ruta G).
En cuanto a lo que generan las rutas, un carro de la ruta M, que cubre el anillo de las avenidas Circunvalación y Salvador Estrella Sadhalá, con una distancia de unos 25 kilómetros, puede generar unos 3 mil 500 pesos diarios, en promedio. Esta suma se infiere del siguiente ejercicio propuesto por un sindicalista del transporte. El pasaje urbano cuesta en estos momentos RD$20. Un chófer promedia una vuelta por hora, con unos 14 giros, de 5:00 de la mañana a 8:00 de la noche, en cada vuelta promedia RD$ 250.00. Así obtendría una entrada bruta de RD$ 3, 500.00”.
Los choferes de la ruta H pueden obtener una entrada bruta diaria de RD$ 2, 700.00 a 3, 000.00. Tanto en la ruta M como en la H, el consuno de GLP, puede pasar de RD$ 1, 000.00, por tanda, mientras que en la ruta Q, los pasajes pueden sumar entre RD$ 1, 200.00 y 1, 500.00 pesos por día y consumen al menos RD$ 500.00 de GLP. Si el chofer no tiene carro propio, entonces deberá por alquiler RD$ 500.00, 700.00 y hasta 1, 000.00. Todo depende de las condiciones del vehículo.
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