Desembarca el Mundial de fórmula 1 en Silverstone, la cuna de esta disciplina según aparece en la entrada del circuito, la última oportunidad que tienen Ferrari y McLaren para tratar de frenar la endiablada marcha de Sebastian Vettel y Red Bull hacia el segundo doblete de su historia, título de pilotos para el alemán y de constructores para la escudería energética...
A partir de mañana entra en vigor la nueva normativa que regula el uso de los escapes soplados hacia el difusor, en el último y desesperado intento de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) por igualar un campeonato que parece decidido desde hace ya varios grandes premios.
Hay opiniones para todos los gustos: en Red Bull se sienten maltratados y se colocan la venda antes de que la herida comience a sangrar, mientras que en Ferrari aseguran que el escenario apenas cambiará. En tal caso, la FIA y Bernie Ecclestone no podrán hacer otra cosa que rendirse a la magia que sale del lápiz de Adrian Newey, el responsable técnico de Red Bull, y ver cómo reacciona la hinchada ante un Mundial sentenciado varias citas antes del final.
"Todos nos veremos más o menos afectados por la nueva norma porque todos empleamos los difusores soplados desde hace ya bastante tiempo", ha dicho Fernando Alonso. "Perderemos un poco de downforce en la frenada, pero trataremos de compensarlo con la puesta a punto y el balance del coche. En cualquier caso, habrá que esperar al sábado para saber qué equipos se ven más perjudicados", ha argumentado el piloto asturiano antes de detallar las mejoras que Ferrari tiene previsto introducir en su bólido con vistas a este fin de semana: "Un nuevo alerón trasero, unos retoques en el difusor, y unas suspensiones que volveremos a probar a ver si finalmente funcionan".
El español circula perdido en la lucha por la corona, ocupa la quinta posición a 99 puntos de Vettel, y tanto él como su equipo no tienen otra opción que salir al ataque cada vez que el 150º Italia pise el asfalto. En el lado opuesto se encuentran el alemán y Red Bull, que poseen un margen tremendo a su favor que les permite contemporizar y administrarse, todo un lujo.
"Sin los dos errores que ha tenido, en Canadá y en China, estaríamos hablando de ocho victorias de ocho posibles. Es difícil competir así, contra un coche tan dominante. Siempre hay esperanza, pero necesitamos dar un paso adelante", ha añadido Alonso. "Necesitamos ganar carreras, y para ello necesitamos ser competitivos. Pero, al mismo tiempo, también es necesario que Sebastian falle, que cometa algún error. Sin ningún abandono por su parte, o algún problema, es muy difícil que podamos remontar", ha ahondado el chico de Oviedo.
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