Esta semana pondrá en órbita una sonda que explorará la estructura del planeta más grande del sistema solar. El aparato se alimentará de energía solar. La sonda automática Juno está lista para partir el próximo viernes desde la base de Cabo Cañaveral con destino a Júpiter, aunque dependerá de la trayectoria de la tormenta tropical Emily, que podría obligar a cambiar los planes...
El tiempo límite para despegar es el 26 de agosto. Se estima que Juno se podrá en órbita el 4 de julio de 2016 y deberá recorrer 2800 millones de kilómetros. Tendrá dos años de viaje inicial y luego se acercará nuevamente a la Tierra para tomar el impulso gravitatorio necesario para llegar a Júpiter, explicó la NASA. Estará a 48 minutos y 19 segundos luz, que es el tiempo que tardarán en llegar las señales de la sonda a las antenas terrestres. Juno mide tres metros y medio de alto y tiene tres grandes paneles solares de nueve metros de largo cada uno. Esos paneles le permitirán a la nave captar suficiente radiación del Sol para proporcionar energía a sus equipos, según describe el diario español El País.
La misión costará en total 1100 millones dólares y tendrá como objetivo investigar la estructura interna de Júpiter, su composición y circulación atmosférica y determinar si posee un núcleo sólido o si se trata solamente de un bola gaseosa hecha de hidrógeno y helio. De ser así, se buscaría comprobar la hipótesis de que Júpiter se trató en verdad de una estrella.
Al llegar a Júpiter, la sonda Juno se pondrá en órbita polar y pasará sobre los polos cada 11 días. Como se acercará a la capa superior de las nubes para medir los campos magnéticos y gravitatorios, recibirá una intensa radiación que limitará la vida útil de los equipos. Por eso, la misión durará sólo un año una vez que llegue a Júpiter. Luego se autodestruirá para evitar que se estrelle contra alguna de las lunas del planeta, interesantes para buscar huellas de vida extraterrestre.
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