miércoles, 21 de marzo de 2012

Preparan el asalto final para el asesino de Toulouse



La policía francesa evacuó todas las casas al edificio donde se encuentra Mohammed Merah. El presidente Sarkozy se reunirá con los responsables del operativo. El joven francés de origen magrebí de 24 años que declaró pertenecer a la red Al Qaeda se encontraba atrincherado en su casa, mientras la policía ya ha acordonado la zona.

Se sospecha que Merah es el presunto autor de siete asesinatos, de cuatro judíos en una escuela y de tres militares, en esa región. Según el ministro francés del Interior, Claude Guéant, Merah dice haber participado en el "yihad" (guerra santa nuyahidista) en la región fronteriza entre Pakistán y Afganistán. "Dice ser un 'muyaidín' (combatiente de Dios), pertenecer a Al Qaeda y querer vengar a los niños palestinos y castigar a las Fuerzas Armadas de Francia por sus intervenciones en el extranjero", en palabras Guéant. El ministro añadió que el sospechoso "tiene vínculos salafistas y yihadistas".

El titular del Consejo Musulmán Francés, Mohammed Moussaoui, ha señalado que la presunción del sospechoso de declararse muyahidín nada tienen que ver con el Islam. "Sus actos están en total contradicción con las bases de nuestra religión", dijo. "Los musulmanes franceses están ofendidos por que haya dicho que pertenece al Islam". Representantes palestinos también han condenado "el odioso ataque".

La madre del sospechoso fue trasladada al lugar donde se encuentra Merah y le propusieron que hablara con su hijo para hacerle entrar en razón. Al parecer no deseó hacerlo, pues indicó que apenas tenía influencia sobre él. El hermano del joven, entre tanto, fue detenido. Según fuentes cercanas a la investigación, la policía dio con el sospechoso gracias al rastreo en internet de la dirección IP de su hermano.

Las autoridades parecen estar convencidas de que se trata del autor de los asesinatos de siete personas, tres niños judíos, un rabino --en una escuela-- y tres paracaidistas, dos de origen magrebí, perpetrados en Toulouse y en la ciudad vecina de Montauban en los últimos diez días.

El 18 de marzo, día de la matanza en el colegio judío, se cumplía el 50 aniversario del fin de la Guerra de Argelia, un sangriento conflicto que se extendió entre 1954 y 1962 y que terminó con la independencia de Argelia, colonia de Francia desde 1830. Aquella guerra, no obstante, queda en la memoria colectiva por el millón de muertos, según algunas fuentes, que causó la guerra con Francia, un país que desplegó centenares de miles de soldados para intentar ahogar la resistencia argelina.

Los servicios de información occidentales, por su parte, apuntan a que decenas los jóvenes yihadistas de vuelta de las zonas conflictivas de la frontera de Pakistán y Afganistán, algunos de ellos a Francia. En este país no se han producido ataques salafistas desde la ola de atentados con bomba de 1995. Pero el paso al acto por parte de estos individuos se ha considerado siempre como la principal amenaza que representan estos yihadistas.

El sospechoso "se encontraba en el punto de mira de la DCRI (dirección central de información interior), junto a otros, desde los dos primeros atentados. La policía judicial aportó un dato precioso que aceleró la investigación", indicó una fuente cercana a la investigación.

Francia está todavía conmocionada por una serie sin precedentes de asesinatos cometidos con toda probabilidad por un solo hombre que se desplazaba en moto y ejecutaba a sus víctimas a quemarropa. Siete personas fueron asesinadas a sangre fría en Toulouse y Montauban desde el 11 de marzo. Primero, un paracaidista, Imad Ibn Ziaten, que acudió a una cita que le dio un hombre en scooter para comprarle una moto. Luego, dos paracaidistas de Montauban, Abel Chennouf y Mohamed Legouade, tiroteados en una acera de esa ciudad, y otro resultó herido de gravedad.

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