
Las tabletas y los smartphones poseen mucho poder de computación, aunque hayan sido diseñados para ser usados sólo como aparatos portátiles. Y esto plantea una pregunta interesante: si estos pequeños accesorios tienen ya más poder de computación que muchas computadoras de sobremesa hace un par de años, ¿por qué no ponerlos a trabajar como sus sustitutos?...