La inglesa, Michelle Thompson sufre un padecimiento denominado 'Síndrome de excitación continua', que le provoca orgasmos de forma constante y sin control... hasta 300 al día. Esta anomalía hace fluir más sangre de la debida hacia los órganos genitales, propiciando el climax y la excitación sexual de forma repentina y persistente. Michelle tuvo que dejar su empleo en una fabrica de galletas, porque el ruido de las maquinas le provocaba orgasmos continuos. Tampoco ha durado mucho con ninguna de sus parejas... ningún hombre había podido satisfacer...