Los ingenieros del vuelo del transbordador espacial Endeavour podrían conocer el domingo si los integrantes de la tripulación y las familias de éstos —incluida la legisladora Gabrielle Giffords— se quedan para un nuevo intento de despegue el lunes o si regresan más o menos una semana después. Los técnicos retiraron el sábado el combustible y después ingresaron en las entrañas complejas del compartimiento trasero izquierdo de la nave. Su misión era determinar qué falló en un sistema de calentamiento en el mecanismo hidráulico de potencia, el cual es crucial. El problema fue lo suficientemente complejo como para que la NASA pospusiera el lanzamiento del viernes, que se había convertido en todo un espectáculo. El Centro Espacial Kennedy estaba casi vacío el sábado, en un posible preludio de lo que viene cuando concluya este año el programa de los transbordadores espaciales. Desaparecieron las multitudes que querían ver el penúltimo vuelo de un transbordador así como los numerosos reporteros que daban seguimiento a Giffords y al esposo de ésta, el comandante de la misión del Endeavour, Mark Kelly. La representante Giffords fue baleada en la cabeza en un atentado ocurrido en enero. Los astronautas muy posiblemente dedicarán parte del fin de semana al descanso con sus familias, incluida Giffords, en una casa con acceso a una playa restringida, dijo el director del Centro Espacial Kennedy, Robert Cabana.
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