jueves, 18 de agosto de 2011

Humanos y medusas, ¿más similares que distintos?

En España, un equipo de investigadores del Centro Superior de Investigaciones Científicas ha logrado identificar secuencias de ADN que están presentes en todos los seres vivos, desde las medusas a los humanos. Sólo el 5% del ADN de cualquier organismo biológico de la Tierra lo componen genes codificados. El 95% restante son las instrucciones que permiten que esos genes funcionen. "Realmente son esas instrucciones las que marcan la diferencia entre los organismos desde hace 550 millones de años", señaló al periódico El Mundo en su versión online José Luis Gómez-Skarmeta, del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo (CSIC), coautor de este trabajo, que fue publicado en la revista Proceedings of National Academy of Science (PNAS)...

Según explica el biólogo, los investigadores han tratado de identificar un total de 20 secuencias de ADN no codificante en los genomas de diferentes seres vivos. Para ello, han realizado un análisis comparativo de entre 30 y 40 genomas diferentes de organismos que fueron cambiando a lo largo de cientos de millones de años. De ese modo, consiguieron identificar siete de las secuencias que buscaban en organismos tan dispares como un erizo y un ser humano e, incluso, dos eran comunes entre nuestra especie y una medusa, aún más primitiva. "Esto significa que la evolución ha dejado intacta una parte del genoma y que, al margen del linaje, hay material genético que todos los seres vivos comparten y no va a cambiar", cuenta Gómez-Skarmeta a esa publicación digital.

El experimento confirmó que se expresaban proteínas relacionadas con el sistema nervioso de forma prácticamente igual en todos los casos, lo que indicaba que la instrucción era la misma", agrega el estudioso. "Si los humanos tenemos un mecanismo que también poseen los corales, probablemente también lo tuvieran los ancestros comunes hace cientos de millones de años". Hasta hace poco, se creía que los organismos se diferenciaban por los genes y el resto del ADN era "basura" que no tenía utilidad. Sin embargo, poco a poco la ciencia está descubriendo la importancia de esas secuencias. "Estos hallazgos han puesto de manifiesto que el ADN no codificante ha sido injustamente denominado ADN basura", asegura el biólogo español.

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