El gobernador de Puerto Rico, Luis Fortuño, anunció sorpresivamente este martes que el año próximo habrá un referendo en dos partes para decidir de una vez por todas el tan debatido futuro político del territorio estadounidense. En un mensaje transmitido a toda la isla por televisión, Fortuño dijo que "ha llegado el momento" de decidir la situación definitiva de Puerto Rico. El anuncio fue hecho unos días después de que el presidente estadounidense Barack Obama fue criticado por decir que la isla seguirá como Estado Libre Asociado si no hubiera una clara y abrumadora mayoría en favor de otra opción. Los críticos recordaron que Obama había dicho antes que respaldaría cualquier resultado decidido por los electores puertorriqueños. En un mensaje de 20 minutos, Fortuño afirmó que seguirá adelante de manera unilateral con su decisión...
"Seamos claros: Ni el Congreso ni el presidente, ni ningún otro poder en la Tierra puede impedir que Puerto Rico se exprese libre y democráticamente sobre su preferencia respecto a su condición política", manifestó Fortuño. "El Congreso no actuó, pero nosotros actuaremos". Fortuño, dirigente del Partido Nuevo Progresista que apoya la condición de estado, dijo que el miércoles presentará un proyecto legislativo para que los ciudadanos voten el 12 de agosto del 2012 si desean cambiar la situación política de la isla. Si así lo quieren, podrán elegir una de tres opciones en un segundo referendo durante los comicios generales de noviembre del 2012.
Las tres alternativas serían condición de estado, independencia o una libre asociación soberana, que es diferente de la actual situación de Estado Libre Asociado. La Cámara de Representantes y el Senado de Puerto Rico tendrán que pronunciarse sobre la iniciativa de Fortuño. Los puertorriqueños han votado sobre el mismo tema en 1967, 1993 y 1998. En todas se decidieron por mantener la situación de Estado Libre Asociado. Una ley del Congreso estadounidense le concedió a Puerto Rico en 1952 la condición de Estado Libre Asociado. Estados Unidos se apoderó de Puerto Rico en 1898 como botín de la guerra en que derrotó a España.
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