miércoles, 29 de junio de 2011

“Mami, creo que voy a morir”.

En su lecho de muerte, Carmen Vanesa Vásquez Balbuena nunca perdió el sentido de la alegría. Con apenas 19 años y con el presentimiento de una muerte cercana, le pidió a su madre, Ana Balbuena, que la sepultaran a ritmo de la bachata “Me duele la cabeza”...

La joven fue asesinada de dos disparos por su ex novio, Edwin Manuel Rodríguez, de 45 años de edad, con quien mantuvo una relación sentimental por dos años y a la que decidió poner fin hace ocho meses, atemorizada por sus amenazas. El hecho trágico ocurrió en la comunidad Loma de Castañuela, en la provincia Montecristi. Rodríguez permanece detenido en la fortaleza San Fernando de Montecristi y será sometido a la Justicia en las próximas horas.

Yosara Vásquez, tía de la víctima, narró a El Caribe que cuando los parientes trasladaban a Carmen Vanesa desde Castañuela hacia Santiago, ésta le decía a su madre: “Mami, me duelen la cabeza y los pies, creo que me voy a morir”. Y a seguidas le pidió que la enterraran a ritmo de la bachata que entona el cantante Héctor Acosta. Yosara dijo que gracias a la fortaleza de Ana Balbuena, que al momento de ver su hija tirada en el piso, decidió cerrar el portón del motel Brisas del Yaque, fue posible evitar que Edwin Manuel Rodríguez lograra escapar y se marchara hacia Estados Unidos, de donde había venido hace una semana para reconciliarse con ella.

Asegura que las constantes amenazas del victimario y de su esposa, fueron las causas que obligaron a la víctima a separarse de su agresor, con quien inició una relación cuando apenas contaba los 17 años. “El la llevó engañada, le dijo a Vanesa que fueran a visitar a su madre que trabaja en el motel y cuando estaban allí quería obligarla a sostener relaciones, fue así cuando le hizo los dos disparos en el pecho”, explicó. Deseaba estudiar. Leonis Vásquez, tío de la joven asesinada, dijo que ella hace poco le había llamado a Santo Domingo donde reside y ejerce como abogado, para pedirle ayuda, porque cuando terminara el bachillerato quería ingresar a la universidad para estudiar la carrera de turismo.

Explicó que ella en el penúltimo viaje de Edwin le dijo que no podía continuar una relación por su condición de casado, pero este se resistió en todo momento. Indignado, dijo esperar que el asesino de su sobrina se le imponga la máxima pena, 30 años, como una forma de poner el ejemplo ante los constantes casos de agresiones a la mujer. Con la muerte de Carmen Vanesa Vásquez, son más de 40 las mujeres asesinadas en lo que va de año en todo el país. La situación preocupa a las organizaciones feministas, quienes advierten un recrudecimiento de la violencia. En las estadísticas que maneja el Movimiento Vida sin Violencia se establece que hay días en que se producen dos y tres muertes de mujeres a manos de la actual o ex pareja. Las entidades de defensa de la mujer calculan que asesinan una cada 36 horas.

“Me han quitado un pedazo de mi alma” “Yo lo único que pido es que sea condenado el responsable de dar muerte a mi hija, ese hombre no sabe cómo yo crié para que le quitara la vida de esa manera. Con la muerte de Glaidys me han quitado un pedazo importante de mi alma”. Con esta frase resume su dolor la madre de Glaidys María Núñez, una mujer de Santiago asesinada hace tres semanas. La puesta en libertad de Pedro Luis Báez, acusado de matar de una puñalada a su hija cayó tan fuerte en la familia de la víctima, que la madre tuvo que recibir atenciones médicas al enterarse de la decisión. Aunque la liberación del presunto asesino se produjo la tarde del lunes, fue ayer cuando María Cristina Gómez, progenitora de Glaidys supo de la fatal decisión que le provocó taquicardia.

Lo único que pide a las autoridades es que apliquen justicia y caiga todo el peso de la ley contra el matador de su hija. El juez Gabriel Marchena, de Atención Permanente del Juzgado de la Instrucción, había ordenado, dos días después del crimen, liberar a Báez y una garantía económica.

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