David Stern, el comisionado, les ofreció a los jugadores entre el 49 y 51% de las ganancias, de las que hasta junio se quedaban con el 57%. El sindicato anticipó que no puede aceptarlo y la temporada continúa suspendida. Una nueva reunión y una nueva frustración. Los jugadores y los dueños de las franquicias de la liga estadounidense de básquetbol no se pusieron de acuerdo, por lo que el inicio del torneo -que debería haber comenzado el pasado 1º de noviembre-, aún es una gran incógnita. Derek Fisher, presidente del sindicato de jugadores, afirmó que tiene un mandato claro de sus representados y fue tajante sobre la última oferta de los dirigentes: "No la podemos aceptar". La liga propuso que los jugadores reciban entre el 49 y el 51% de los ingresos relacionados con el básquetbol, pero el sindicato alega que sería casi imposible superar el 50,2%. David Stern, mandamás de la organización, impuso un plazo hasta este jueves por la tarde para que acepten el acuerdo. De lo contrario, se espera que la próxima oferta sea una división de 53-47 a favor de los dueños y la implementación de un tope salarial rígido. El director ejecutivo de la unión, Billy Hunter, indicó que aunque los jugadores quieren regresar a las canchas, no lo harán aceptando un acuerdo tan desfavorable. Asimismo señaló que quieren dialogar y agregó que llamará al comisionado Stern para analizar la posibilidad de regresar a la mesa de negociación.
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