Las autoridades mexicanas localizaron los cuerpos de 59 personas que fueron inhumados en ocho fosas clandestinas, en un rancho del municipio de San Fernando, Tamaulipas. Es el mismo sitio donde en agosto pasado 72 migrantes indocumentados fueron asesinados. Los cuerpos fueron encontrados casi al mismo tiempo que, en ciudades de 21 estados, miles de mexicanos salieran a las calles para demandar un alto a la violencia por la guerra contra el narcotráfico. En las marchas muchos afirmaron que la estrategia oficial contra los carteles no está funcionando, y la masacre de San Fernando pareció confirmarlo. Apenas en noviembre pasado, el gobierno mexicano desplegó en Tamaulipas y Nuevo León a miles de soldados, infantes de marina y policías federales para combatir la inseguridad.
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