Con más de 15 jóvenes muertos en “intercambios de disparos” en lo que va de año y una cadena de asaltos, robos y rencillas entre vándalos, residentes en Cristo Rey atribuyen la delincuencia a la desatención oficial y a la incapacidad policial en la prevención del crimen. Consultados por El Caribe, dirigentes comunitarios aseguran que en Cristo Rey entre un 15 y 10% de los niños se quedan fuera de las escuelas, situación que los convierte en potenciales víctimas o victimarios de la secuela de crímenes que ocurren en el lugar. Otro factor al que atribuyen la delincuencia que les afecta es la falta de empleo de la población apta para trabajar (calculada en un 40%). Según cifras de la Procuraduría General de la República, de enero a diciembre de 2010, en Cristo Rey se produjeron 37 homicidios, situándose como el sector del Distrito Nacional con el mayor número de muertes violentas. Esto así, no obstante estar incluido dentro del denominado programa Barrio Seguro...
“Cada día, Cristo Rey es más inseguro, cada vez hay más violencia en la zona”, deplora Manuel María Mercedes, presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), cuya oficina principal funciona en ese sector. Al margen de los hechos concretos de fechorías callejeras, a la organización le preocupa la gran cantidad de niños sin actas de nacimiento que, al no poder estudiar, podrían terminar como delincuentes. Un estudio de la CNDH arrojó que en las escuelas República de Aruba y Benito Juárez, ambas de Cristo Rey, 171 niños, adolescentes y jóvenes de hasta 20 años de edad no tienen actas de nacimiento. María Mercedes puntualiza que a este drama se suma que los centros educativos públicos existentes en Cristo Rey son insuficientes para acoger a la población estudiantil del sector.
La gente percibe que no hay seguridad: Cristo Rey tiene 7 escuelas y dos liceos para 22 subsectores que conforman el sector. Las quejas de los moradores tienen igualmente que ver con el peligro que representa para muchos estudiantes de tandas nocturnas, quienes se ven precisados a utilizar distintos mecanismos de protección para evitar caer en las garras de los delincuentes. El sector cuenta con cuatro cuarteles policiales con un personal relativamente limitado. Estas dotaciones están ubicadas en los barrios El Caliche; en La 40, donde está el cuartel general; en la oficina donde funcionan los Comedores Económicos y en Las Flores. Sin embargo, la gente percibe que los agentes asignados hacen muy poco para garantizar la seguridad.
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