Mientras que para Chávez es un pasatiempo "burgués", Cuba busca inversión extranjera para desarrollarlo. En China está prohibido desde 2004, pero en los últimos tiempos se han multiplicado los lugares donde practicarlo. El Consejo de Estado de la República china (el Gobierno central) ha exigido que se aumenten las inspecciones contra la proliferación de campos de golf. A pesar de la prohibición de construir campos que rige desde 2004, en estos ocho años se han construido 400 de estas infraestructuras...
El gobierno del primer ministro Wen Jiabao podría, incluso, expropiar los terrenos para cambiar su uso, según han anunciado. El Ministerio de Tierra y Recursos, a quien le compete este asunto, ha vuelto, por su parte, a prohibir la construcción de campos de golf. Se estima que unas 2,53 millones de hectáreas de tierras de cultivo habían sido ilegalmente convertidas en parques industriales y campos de golf, para, de este modo, sacarles beneficio. Desde 2004, el gobierno ha insistido en sus prohibiciones hasta diez veces, pero los gobiernos provinciales hacen caso omiso de tal prohibición y por eso ahora China cuenta con un total de 600 campos, cuando antes de 2004 tenía 170.
Por si fuera poco, 70 de esos campos están en la periferia de Pekín, un descaro que al gobierno central le parece inadmisible. La prensa oficial considera que este afán de construir campos de golf es una "vergûenza para el Gobierno". A pesar de sus dimensiones, el suelo agrícola escasea en China, lo que ha dado lugar a la especulación y a un aumento de la inflación proveniente, en especial, de la subida del precio de sus alimentos. Esa subida ha sido de más del 10% en el último año. China, segunda potencia económica del mundo por detrás de los Estados Unidos, considera una política de estado la expropiación para fines sociales, pero esto no deja de ser uno de los asuntos que más controversia y inestabilidad genera en la sociedad.
En América Latina el golf también ha sido materia de debate por los gobiernos "socialistas del siglo XXI". Meses atrás, el líder bolivariano Hugo Chávez se refirió de un modo poco feliz al asunto: "Hay deportes y deportes. ¿Dicen que este es un deporte del pueblo? Pues no lo es. Solamente un pequeño grupo de burgueses puede ir y jugar este deporte". Tras las polémicas declaraciones, llovieron las quejas de los deportistas. Sin embargo, en esta materia no hay unanimidad: mientras que para Chávez es una ocupación de ricos, el dictador cubano Raúl Castro no lo ve con tan malos ojos y se encuentra a la busca de capitales para desarrollar emprendimientos golfísticos en el país.
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